miércoles, 28 de octubre de 2009

En uno de esos parques

El joven llegó agitado y asustado al lugar donde debía estar de acorde con lo expresado por los susurros que oía una y otra vez sin cesar, no importaba el porque, ya llegaría el momento en que el telón cayese y se vislumbrara todo tan nítidamente que lo comprendería en forma total sin tener que recibir un diálogo monótono que sonara como eco dentro de su mente ya aburrida por la rutina diaria, se sentó en una banca bajo un árbol ya que hacia un calor de otro mundo, observó el lugar no vió a nadie a su alrededor, ni un ave, ni siquiera el viento lo acompañaba, se preguntó si ese era el lugar, a lo mejor el mensaje al llegar a sus oídos se había distorsionado y perdido gran parte del contenido, daba igual, algo en su interior le decía que ese era el sitio, el día y la hora indicada. Pasaron varios segundos que se hicieron eternos recordó situaciones que habían penetrado en lo más hondo de su ser, de pronto algo perturbó su meditación, sonaba como una cancioncita pegajosa que la oyes una vez y no sale de tu inconsciente ¿quién me citó?¿quién me cito?... en su mente se oía sólo como respuesta un silencio abrumador que le dio escalofríos que pronto se transformaron en espasmos descontrolados que dieron como resultado que cayese inconsciente al suelo. Minutos después despertó se sacudió el polvo que se había adherido a su camisa y a sus jeans, al hacer lo último algo que vio lo paralizó por unos momentos, él u otra persona parecida a él, yacía tendida en el mismo lugar de donde recién se había levantado, éste comenzó a moverse y el joven de pie no halló mejor opción que huir del lugar lo más rápido posible antes que el otro ser lo mirase y se asustara como a él le sucedió, corrió como un caballo que huye en pro de su libertad tan anhelada, llegó a una esquina y algo se le vino a su mente corrompida por el miedo y la excitación de lo recién ocurrido, lo meditó por unos instantes y lo decidió, esa era la única opción, se dirigió por una calle lateral avanzó por callejuelas estrechas tuvo que saltar murallas, esto sólo lo hacía para ganar tiempo y pensar como hacerlo en forma meticulosa para que nada saliera de su control, de pronto la gracia de Cronos se terminó para él, se presentó ante él el lugar de origen de todos sus problemas, camino sigilosamente para evitar cualquier sospecha no quería que se arruinara lo pautado ni nada que le generase más desconcierto del que ya poseía, camino lentamente con nada más en mente que su objetivo final, por sus poros no brotaba sudor era algo más viscoso de un color más rojizo, en el trayecto sufría de tiritones que afectaban todo su cuerpo, pero casi al llegar a su destino su mente se despejó sus miedos desaparecieron lo iba a hacer, en su viaje llegó a pensar que el tipo se hubiese aburrido y se hubiese ido, pero no fue así, al llegar detrás de la banca halló a ese ser sentado, sonrió, todo había salido de acorde a su plan, se levanto la camisa y sacó un artefacto metálico con el cual muchos lo utilizaban para invocar a Thanatos, eso es lo que él deseaba, lo empuño, un haz luminoso se posó en una de las caras del artefacto, el reflejo de éste alerto al ser sentado y al voltear sintió una excitación como nunca antes, de a poco sintió como su calor disminuía, al recorrer un escalofrío por todo su cuerpo...

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